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sábado, enero 27, 2007

Dolor de Cabeza. Jaqueca.

A continuación os comento una serie de puntos que tal vez os aclare un poco este tema tan familiar como este.

Las mujeres sufren más de dolores de cabeza que los hombres, pero éstos tienen una mayor tendencia a desarrollar las peores jaquecas, como la orgásmica, que impide una vida sexual sana.

Aunque la ciencia aún no ha podido precisarlo, se cree que debido a una combinación de causas genéticas y hormonales, las mujeres padecen de dolores de cabeza tres veces más que los hombres.

Existe una gran diferencia entre un dolor de cabeza normal, que todos sufrimos en algún momento de nuestra vida y se cura con un simple analgésico, y las jaquecas, una enfermedad crónica con más de 150 variantes y que se agrava si no es tratada.

El problema comienza cuando la jaqueca se confunde con el dolor de cabeza y se trata sólo con aspirinas.

Desde cuándo el ser humano sufre de dolores de cabeza no está muy claro, pero fueron encontrados indicios en restos de la civilización sumeria, con una fecha calculada en 3,000 años.

También los sufrieron Sigmund Freud y el médico Galeno, uno de los padres de la medicina, ya luchaba contra las jaquecas.

A lo largo de la historia se ha intentado prácticamente todo para tratar de curarlas.

En el antiguo Egipto, los médicos de los faraones aconsejaban que se envolviese la cabeza del enfermo con una figura de un cocodrilo, hecha en barro, con los nombres de los dioses escritos en la barriga y unas pajas en la boca.

Un remedio parecido le sugería Desdémona a Otelo en la célebre pieza de William Shakespeare: amarrarse la cabeza con un pañuelo. Durante la Edad Media, en muchas regiones de Europa, se apelaba en secreto a la brujería y, en la civilización árabe, de donde viene la palabra jaqueca (shakika), se recomendaba ajo en abundancia. Actualmente, la ciencia tiene bastante más claros los orígenes y las curas.

Las causas pueden ser genéticas, hormonales y también producto de una reacción a diversos factores ambientales o alimenticios. Quien tiene la tendencia a sufrir dolores de cabeza debe tratar de evitar el vino tinto, el coñac y el vodka, así como el café, los cítricos, el cerdo y el chocolate, que contienen sustancias que los agravan.

Se trata de un mal que sufren especialmente las personas de entre 30 y 50 años, pero que también afecta a los niños. De acuerdo a estadísticas de distintas instituciones, entre el uno y el ocho por ciento de los niños en edad escolar sufren dolores de cabeza y, de esos casos, entre un 50 y un 75 por ciento evolucionan hacia jaquecas.

Si bien las mujeres, sobre todo en el período anterior a la menstruación o durante ella, son las que más sufren de dolores de cabeza, pero las peores variedades de jaquecas se registran en los hombres.

El 95 por ciento de los casos de la llamada jaqueca orgásmica, llamada así pues surge durante o después de una relación sexual, es sufrida por los hombres. Según parece, es una consecuencia del esfuerzo físico, que es mayor en el hombre que en la mujer a la hora del sexo.

La peor de todas las jaquecas conocidas se ha registrado, en un 97 por ciento de los casos, en los hombres. Es la llamada suicida, que produce un dolor tan intenso que ha llevado a muchas personas a acabar con su propia vida. Representa el 0.6 por ciento de todos los casos de jaquecas registrados y el dolor que produce puede llegar a mantenerse durante cinco horas, sin que analgésico alguno haga efecto.

miércoles, enero 24, 2007

La Menstruación. La regla


Ciclos menstruales, ¿aliados o enemigos?

Nada aman y odian tanto las mujeres como la menstruación. Conviven desde la pubertad y llegan a deprimirse el día que ya no forma parte de sus vidas, sea por una alteración hormonal o por el cese definitivo, alrededor de los cincuenta años. Entablan con ella una relación ambivalente de amor y de odio, según las circunstancias y el momento. Pero, cosa curiosa, presente o ausente, no despierta indiferencia.

"Este sentimiento es normal "Cómo no odiarla", dirán algunas cuando la balanza les marca dos kilos de más, o cuando el cuerpo está tan hinchado que el jean no abrocha. Contrariamente, otras tantas mujeres pueden decir "cómo no amarla", si es normal que así suceda.

"La menstruación es la prueba fehaciente de que los ciclos reproductivos funcionan",. Lo cierto es que, a pesar de convivir gran parte de sus vidas con ella, muchas mujeres saben poco acerca de su menstruación.

Compleja explicación

Cada mujer tiene su propio ciclo. Días más, días menos, se produce cada veintiséis a treinta y dos días, aunque el típico sea de veintiocho. En este caso, los números no implican exactitud y, lo que parece tan seguro y confiable, se pone en duda y genera incertidumbre, el por qué la mujer menstrúa, o debiera hacerlo todos los meses, tiene una explicación tan imprecisa y compleja como el período mismo.

Cada veintiocho días, aproximadamente, un óvulo sale del ovario y, una vez alojado en el útero está en condiciones de ser fecundado. De no suceder, el tejido que recubre la cavidad uterina (endometrio) resulta innecesario y es expulsado al exterior a través de la vagina. La sangre y las partículas eliminadas dan origen a la menstruación.

"Es la frustración de un embarazo que no llega". El primer día de hemorragia se cuenta como el primero del ciclo y habitualmente perdura entre tres y siete días.

Dudas y temores

El organismo femenino está naturalmente preparado para ovular doce veces al año, si algo no falla en el trayecto. Ni ellas ni su período menstrual son máquinas. Con lo cual, pueden -en un determinado momento- producirse trastornos: unos pasajeros y otros que no lo son, los que serán motivos de consulta con un especialista.

La mujer sufre y se asusta ante cualquier alteración. En estos casos, no está de más una visita al médico para despejar dudas y temores, además de los controles periódicos básicos. La ausencia de menstruación (amenorrea) aparece como una de las complicaciones más comunes, asociada la mayoría de las veces a un embarazo. Esta es la primera razón para descartar en una mujer joven, sana, con actividad sexual y un atraso.

Desechada esta posibilidad, la condición primera para referirse a una alteración menstrual, es que no debe tratarse de un hecho único y aislado, sino reiterado. La amenorrea puede ser primaria o secundaria y se diagnostica al tercer mes de la ausencia del ciclo. En el primer caso, se trata de mujeres que jamás menstruaron en su vida y generalmente, se oculta una patología detrás. La secundaria suele ser pasajera, pero debe tratarse a tiempo. Raramente lleva a la menopausia precoz.

Además de los desequilibrios hormonales, otros factores de índole emocional, el estrés, los desórdenes alimentarios como la obesidad y la anorexia nerviosa, la actividad física intensa, un psicofármaco o algún método anticonceptivo pueden interrumpir el ciclo. Las irregularidades son comunes en los últimos años que preceden a la menopausia, así como durante las primeras menstruaciones

Cada organismo es un mundo. Y ni qué hablar de cada ciclo menstrual. Pero salvo en ciertas culturas, las mujeres coinciden en algo. No pueden prescindir de la menstruación, por una simple y sencilla razón: es desde la pubertad su sello personal, su feminidad. Necesaria para su vida reproductiva, desvanece o despierta su instinto maternal, según se manifieste o se ausente.

La mujer y la menstruación están muy lejos de comportarse como dos enemigas íntimas. Que a veces se amen y otras tantas se odien, forma parte de una sana, aunque extraña convivencia.

miércoles, enero 17, 2007

Las crisis de melancolia



Los síntomas de la crisis de melancolía o depresión (apatía, actitud de profunda tristeza, sensación de malestar y de muerte) tiñe de gris la imagen del mundo del individuo deprimido, que parece haber perdido sus sentimientos habituales.

La melancolía, es un estado de intensa depresión y decaimiento del estado de ánimo con marcada disminución de la actividad y sentimientos de culpabilidad y de autocastigo. El comienzo puede producirse a cualquier edad, aunque con mayor frecuencia aparece a edades avanzadas y se ha observado que es más común en las mujeres.

CAUSAS
El comienzo puede producirse sin aparente causa determinante, del mismo modo que puede relacionarse con las más variadas situaciones de tensión y de conflicto (por ejemp1o, la muerte de un pariente, la infidelidad del cónyuge, la pérdida de una gran suma de dinero, una situación de frustración en el ambiente de trabajo o familiar). Es más raro detectar verdaderos factores desencadenantes, como cansancio intenso, enfermedades debilitantes y menopausia.

CÓMO SE MANIFIESTAN
El comienzo es gradual, el estado de melancolía se instaura en general lentamente y se halla precedido (durante semanas o meses) por síntomas vagos, como dolor de cabeza, insomnio y dificultad para realizar las tareas laborales usuales.
La sintomatología puede resumirse así:

• la persona no habla espontáneamente, ni manifiesta verbalmente sus trastornos, presenta tendencia a llorar, a quedaste inmóvil con la cara triste y la mirada fija;

• la inhibición psíquica es marcada, con capacidad de pensamiento muy lenta y nexos asociativos pobres; la persona puede alcanzar un estado tal de astenia que llegue a ser incapaz de moverse, de vestirte, de comunicarse, el lenguaje es prácticamente inexistente, o constituido por monosílabos, hasta el mutismo completo;

• la persona presenta una actitud de tristeza profunda, oscura, sobre la que no ejercen efecto alguno las palabras de consuelo de quienes le rodean; se encuentra subyugado a un sentimiento de incapacidad, de impotencia y de autodesprecio que lo sumerge en un mundo en el que siente que ha perdido sus sentimientos habituales y que en su lugar presenta un vacío total desde el punto de vista afectivo. Posee una visión pesimista del futuro, que ve inaccesible, sobre todo por su culpa. Se acusa de hechos no cometidos, de actos indignos realizados. Incluso parece culpabilizarse de sus propios trastornos físicos, hasta el punto de presentarse más como un culpable que como un enfermo;

• el sentimiento de muerte y la búsqueda de ésta se manifiesta de distintas formas, a menudo coexistentes, que van del rechazo total de la comida a la intención y puesta en practica del suicidio. El riesgo de suicidio se halla siempre presente y condiciona en gran medida la operatividad de las personas encargadas del cuidado de la persona, que llegan a convertirse en guardianes de éste;

• el estado de profunda postración física en el que se encuentra el paciente provoca a menudo complicaciones cardiovasculares, hepáticas, digestivas y neurológicas.
La crisis tiene una duración de 4-8 meses y, si se trata farmacológicamente, de 1-3 meses; luego, poco a poco, igual que empezó, va remitiendo.

FORMAS CLÍNICAS
Las formas clínicas más frecuentes de melancolía son las siguientes:

• Melancolía simple. El carácter dominante es la desgana, con tendencia al cansancio y al agotamiento. En esta forma no se registran ni sentido de culpabilidad ni autoacusación.

. Melancolía estuporosa. Presenta el grado máximo de desgana y el paciente está inmóvil, mudo, con la cara petrificada por el dolor.

• Melancolía ansiosa. El paciente es presa de una agitación por pánico y se mueve, se lamenta, se desespera y a menudo tiene intenciones de suicidio.

• Melancolía delirante. Se caracteriza por la presencia de verdaderas ideas delirantes melancólicas, simples, pobres, aceptadas con resignación; las principales son las de culpabilidad, calamidad e hipocondríacas.

• Melancolía crónica. Puede deberse a la falta de resolución de un intenso acceso melancólico que se prolonga durante años, así como a la sucesión de varias crisis de melancolía no separadas por un intervalo de bienestar.

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